Cuando se dio la expropiación petrolera en 1938 por el presidente General
Lázaro Cárdenas Del Rio, fue por el resultado de una lucha social que iniciaron
las organizaciones de trabajadores de esa industria. Intentos de huelgas reprimidas con el ejército,
ordenadas por gobiernos anteriores a Cárdenas, la demanda de mejores
condiciones laborales por parte de las organizaciones obreras, lograr que se
reconociera el sindicato y pugnar por la firma de un contrato colectivo, fueron
algunos de los antecedentes. Eran
finales de 1937 y las compañías petroleras extranjeras se negaban a reconocer
los laudos emitidos por la Junta de Conciliación
y Arbitraje donde se les pedía el cumplimiento de las prestaciones demandadas, así
como el pago de los salarios caídos. Ya
antes una Comisión de Expertos había investigado las ganancias de las empresas extranjeras y dictaminado que las utilidades obtenidas
permitían poder pagar sin ningún problema las exigencias laborales.
Se cuenta que en la insistencia del cumplimiento de los laudos intervino
directamente el Presidente de la Republica ante las compañías extranjeras, a
inicios de marzo de 1938. Les pidió el
pago a los trabajadores mexicanos, amparados con el laudo de la Junta de
Conciliación y Arbitraje. Fue tratado
descortésmente y menospreciada su capacidad de liderazgo. El presidente se sintió ofendido y humillado. Si eso se lo hacían a él, que era el Presidente
de México, que podían esperar los trabajadores. Abandono la mesa de las conversaciones
conciliatorias. Ya tenía un as bajo la
manga. En noviembre de 1936 se había
publicado la Ley de Expropiación. A
las 10 de la noche del 18 de marzo de 1938 anuncia por medio de la radio y la
prensa la decisión de apropiarse legalmente del petróleo que explotaban 17
compañías extranjeras y convertirlo en propiedad de la nación para beneficio de
todos los mexicanos.
En aquel tiempo Inglaterra rompió relaciones diplomáticas con México. Estados Unidos decreto un embargo comercial
hacia nuestro país y dejo de comprar el petróleo, adquiriéndolo de Venezuela.
Retiraron a todo su personal técnico y los mejores talentos del Instituto
Politécnico y de la Universidad Nacional Autónoma de México lograron graduar el
octanaje de la gasolina y redescubrir los procesos. Así es como salió adelante la expropiación
petrolera.
Hoy, 75 años después, un puñado de mexicanos que se dicen representar los
intereses del pueblo, llámense diputados y senadores, legalmente vuelven a
otorgarles las ganancias a las compañías extranjeras, lo cual marca un
retroceso en la historia contemporánea.
La prensa y radio siguen diciendo
la verdad de lo que sucede en el país, pero a diferencia de 1938, ahora existe
un duopolio televisivo que domina las conciencias de los mexicanos: Televisa y
TV Azteca. Olvidando que son una
concesión del gobierno, se vuelven cómplices de él y mantienen programaciones
que no representan los intereses
supremos del pueblo mexicano: novelas enajenantes, religión, especiales de artistas
fallecidos hace un año, así como el futbol, predominan en sus pantallas.
Si fueron expulsados por negarse a pagar lo legalmente ganado por los
obreros. Quién garantiza a los mexicanos que tendrán mejores condiciones de
vida con esa acción de entregarles la riqueza del subsuelo de nueva cuenta a
los extranjeros?.
“Quien no
conoce su historia está condenado a cometer los mismos errores”, Paul
Preston. “El que no conoce la historia,
está perdido y sin rumbo”, Miguel León-Portilla.
Por medio de la televisión pueden (como lo han hecho) mantener "sumergido" por no decir otra cosa, al pueblo con una receta venenosa de telenovelas + pambol + cómicos idiotizantes + noticieros comprados, etc, etc.... El resultado de eso es una sociedad sin educación, burra, sin valores, sin criterio pero sobretodo... sin futuro.
ResponderEliminarMexicanos hay que ponernos a leer! y cuando digo leer, es información útil, no noticias, y otras notas que solo nos vuelven a tener en babas e idiotizados.
Orale que interesante me aparecio este articulo informativo, realmente no habia escuchada esta version historica y politica.
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